Miró por la mirilla y admiró:
- La de cosas que pasan ahí afuera.
Entonces llamaron a la puerta, toc toc.
Abrió y era ella, una insigne desconocida.
- Vengo a seducirte.
Se besaron, pero el cuerpo de ella era escurridizo.
- Chico, no sé si te podré consagrar todo mi tiempo, mi vida rebosa cosas.
- Pero yo quiero estar contigo.
- A mí me gustan tus besos.
Se besaron, pero el cuerpo de ella se escurrió.
Él miró sus manos vacías y pensó:
- Otro sueño que se esfuma.
Y se acostó.
* Publicado en el blog Químicamente impuro y en la revista virtual Agitadoras.com
Imagen: Ink Splatters, A Bloody Mess, de KealaMythrill en deviantART
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