Voy a hablarles de un tipo al que conocí un día en que no paraba de conocer tipos. Se me acercaba un tipo tras otro. No sé, quizá pensaban que me gustaban los tipos.
Lo cierto es que tampoco. Porque este tipo se me acercó y no le gustaban los tipos. Simplemente se me acercó. Estuvimos hablando de esto y de lo otro, de tal y de cual, y enseguida comprobé que se trataba de un tipo como otro cualquiera, dual y asimétrico.
Un tipo dicotómico.
No le gustaban los tipos, ya lo he dicho, pero tampoco las tipas, y aún menos las tiparracas.
- El mundo está lleno de tiparracas –me dijo–, y no siempre fáciles de distinguir.
- También está lleno de pajarracos –atemperé.
- El mundo es dual y asimétrico –se resignó.
- Estamos ante una dicotomía –filosofé–. No sé si pedirme otro whisky.
Bebimos varios whiskies más, en silencio. Luego desapareció.
De pronto se me empezaron a acercar minas. Minas y más minas. Anita quería charlar. Maru sólo mirarme.
- Eres muy guapo –me decía.
Sofía me invitó a un whisky. Me interrogó:
- ¿No te parece que la vida hay que vivirla sin hacer preguntas?
No supe qué responder.
Al cabo de un cuarto de hora la besé en los labios. Eran carnosos y cálidos. Luego la miré a los ojos, le pasé la mano por las mejillas, unas mejillas suaves y perfumadas. Nunca amé tanto en tan poco tiempo.
Cuando se fue llegó Laura.
- ¿Quieres que baile para ti?
Y se puso a bailar. Me miraba, me seducía, me susurró al oído:
- Me encanta la excitación sin metas. Cuando no puedas más te dejaré con las ganas.
Me agarró la mano y la metió en sus bragas. Tenía un coñito húmedo. Su mano me aferró el mandado, por dentro. Lo tenía duro y venoso. Durante un rato no nos movimos. Estuvimos así, quietos y pegados, besándonos en el cuello. Me llamó de todo:
- Hijodeputa, cabrón, eres el hombre de mi vida, quiero que te mueras, eres un ser sucio y ruin, no es posible tanta belleza, quiéreme, abrázame, no dejes que me vaya de tu lado.
Y se fue. Entonces vino Nadia.
- Tengo mucho dinero. ¿Me invitas a una copa?
- Por supuesto.
- ¿Aún estás esperando al tipo de antes?
- Yo no espero nada.
- Es un tipo extraño. Hay gente que dice que es dual.
- Quien más quien menos.
- ¿Tú no serás de esos que van atemperando por la vida?
- Yo soy lo que tú quieras.
Y entonces apareció el tipo:
- Largo de aquí, tiparraca.
¿Dónde había estado todo ese tiempo? No se lo pregunté. Él sí me preguntó:
- ¿No te has movido de aquí?
- No.
- ¿Y qué has hecho?
- Beber whisky y conocer a Anita, Maru, Sofía, Laura y Nadia.
- Veo que no pierdes un segundo.
- No te pongas celoso, te lo ruego. No lo soportaría.
- No estoy celoso, es simplemente que la vida es injusta.
- Quien más quien menos.
Entonces apareció Carla. Se dirigió a mí:
- Perdona, soy amiga de Maru, que me ha dicho que eres muy guapo. ¿Te importa que te observe un momento?
Al cabo de unos minutos se fue:
- Muchas gracias.
Y la oímos gritar:
- Maru, este tipo no ha sido guapo en tu puta vida. ¿Cuándo aprenderás a distinguir entre guapo y atractivo?
El tipo no podía más. Expresó su irritación en estos términos:
- Esto es inaguantable. Salgamos de aquí.
Nos fuimos a dar una vuelta. Yo estaba sorprendentemente sobrio. El tipo estaba sorprendentemente hablador. Me contó su historia. Sus orígenes, sus miedos, su deambular. Lo escuché con atención. Era una historia llena de bifurcaciones, opciones, repeticiones, que se podría resumir así: nacido de un padre y una madre, el tipo tenía dos hermanas.
Yo veía que sufría, pero no podía hacer nada por él, salvo escucharle. Lo que pasa es que de todo se harta uno:
- Bueno, ya está, qué tipo llorón.
- La vida es un cansancio.
- O te callas o te cuento yo mi historia.
- Está bien, me callo.
Volvimos al bar. El tipo se echó a la pista de baile, pronto lo vi besándose con dos minas. Yo me pedí un whisky. Se ve que me lo pusieron cargadito porque enseguida se me subió a la cabeza. Así que dando algún que otro tumbo me volví a mi casa, que por suerte no estaba muy lejos. De allí no me he movido hasta hoy, dos semanas más tarde. De repente me entraron ganas de salir y aquí estoy, en el bar de siempre.
Imagen: DiscoBlues Poster, de jasinski en deviantART
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