Primero se morían unos y luego se morían otros, según les iba tocando.
Algunos se suicidaban.
Otros se morían de repente. Tipo iban paseando, les daba un síncope y ea, cataplum chimpún, al suelo.
- ¿Qué ha pasado?
- Nada, uno que se ha muerto.
Otros se metían un piñote con el coche. Quedaban lindos.
En fin, tampoco me voy a poner aquí a detallar tan manido asunto.
* Publicado en la revista virtual Agitadoras.com y en el blog Químicamente impuro
* Publicado en la revista virtual Agitadoras.com y en el blog Químicamente impuro
No hay comentarios:
Publicar un comentario