Los que abandonamos los martes lo hacemos por una simple razón: no nos bancamos más ese día ni a todos los perdedores que viven en él. El problema es que la mayoría de nosotros quiere vivir los viernes pero para ello hacen falta contactos políticos. Tengo un amigo que está en la mesa de entradas del Ministerio Semanal pero hasta allí llegan mis conexiones. En fin, qué sé yo, quizás sólo estoy desvariando. ¿De qué nos sirve abandonar los martes si, invariablemente, los miércoles volvemos a la carga? Y además conozco a un tipo que consiguió vivir sólo los jueves y ahora cambiaría uno solo de ellos por cien domingos seguidos. Sí, lo acabo de decidir: mejor me quedo como estoy. Disculpen que los haya importunado. Que pasen una buena tarde.
Sobre Esteban Moscarda
* Publicado en el blog Químicamente impuro
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